Disculpe, hay Yodo en mi sal.

El día de hoy se dio a conocer que en Baja California iniciarán a retirar del mercado las presentaciones de sal que no cumplan con el etiquetado correspondiente a la NOM-040-SSA1-1993 que regula la cantidad yodo (30 mg/kg ± 10 mg/kg de ion yodo) que debe contener la sal. Esto nos recordó alguna de las clases en la carrera donde se nos explicaba por qué se inició a agregar Yodo en la sal de mesa. Hoy te escribimos sobre el Bocio y su relación con el déficit de Yodo en la dieta. De manera natural, el Yodo se encuentra presente principalmente en pescados y mariscos, leche, yogur y queso, cereales como la avena y el centeno, tubérculos como la papa, y en frutas verduras de hoja, como las espinacas y las acelgas.

El cuerpo humano requiere de Yodo en pequeñas cantidades para el correcto funcionamiento de la tiroides, ya que cumple una función especifica en la producción de hormonas tiroideas. El Yodo además, es necesario para el correcto desarrollo infantil y fetal, es muy importante que las mujeres embarazadas y lactantes tengan un buen suministro del elemento en su dieta, ya que ellas proveen al bebé las cantidades esenciales a través de los fluidos gestacionales y la leche materna en el caso de los lactantes. Los niños en edad temprana, lo requieren en dosis adecuadas para la correcta formación y funcionamiento del tejido neuronal.

Los problemas relacionados con el déficit de yodo en la dieta en México fueron observados en México, en zonas apartadas de las costas, en las que no se tenían siempre los recursos pesqueros disponibles, recordando que se encuentra principalmente en productos que provienen del mar, como el pescado, las algas y los mariscos.

La adición de yodo a la sal en México inició como una medida preventiva del bocio (una enfermedad que se manifiesta con el agrandamiento de la glándula tiroides en un esfuerzo por captar y asimilar el yodo disponible cuando se tiene un déficit), el cretinismo y algunos otros padecimientos que afectaban principalmente a los pobladores de zonas vulnerables en el sur de México que afectaba a 5 millones de personas, quienes al no tener una dieta con los mínimos requerimientos de Yodo necesitaban un aporte extra.

La necesidad de dar solución al problema de salud dio pie al inicio de una campaña que buscaba suministrar el Yodo a ése sector vulnerable. En un principio se inició a yodatar la sal a mano y a distribuirla en grupos seleccionados, posteriormente se yodató el agua de grupos escolares, sin embargo esta acción fue suspendida ante la poca cooperación de los profesores y alumnos. Luego del fallido intento por agregar el yodo en el agua y la sal manualmente en 1950 se inició a agregar yoduro de sodio en caramelos y chocolates para hacerlos llegar a la población donde los casos de bocio se consideraban endémicos. En los estados de México, Morelos, Tlaxcala y Puebla fueron beneficiados 50 mil niños en edad escolar.

Los esfuerzos por hacer llegar el yodo a las comunidades vulnerables dieron como resultado una máquina de aspersión que permitió poner Yodo en la sal de mesa, inventada por el Dr. Herbert Stacpoole Lasso. Esta máquina fue sin duda la mejor aliada en la campaña de salud, permitió atender a 482,581 enfermos de bocio y prevenir la enfermedad en un millón y medio de personas. El éxito de la yodatación de la sal fue tal que en 1942 se emitió un decreto que hacía obligatorio el consumo de sal Yodatada en México en aquellas zonas donde la prevalencia del bocio fuera mayor o igual al 20%. Sin embargo los esfuerzos no dieron resultado por falta de educación en el tema. Fue hasta el 14 de mayo de 1963 que se decretó de en el Diario Oficial de la Federación, que TODA LA SAL QUE SE PRODUJERA EN MÉXICO con destino a consumo humano debía ser yodatada. Y de ésta manera el yodo ha estado disponible en todas las mesas de México hasta la fecha. Tras 58 años en que el yodo ha sido parte de la dieta de los mexicanos de manera pasiva, la regulación de los niveles de yodo que debe contener la sal continúa vigente.

Baja California es un estado rico en productos pesqueros que no tiene índices de incidencia histórica de bocio, pues la dieta de los bajacalifornianos es rica en productos pesqueros y el yodo no es un factor limitante. Si bien el Yodo es un elemento que es necesario para el correcto funcionamiento del sistema endócrino, cuando se abusa de él puede provocar problemas de salud. La ingesta excesiva de sal puede llegar a tener consecuencias negativas en materia de salud pública. Las consecuencias del sobreconsumo de Yodo suelen ser tan graves como las que produce el déficit en la dieta, entre los que se encuentran bocio, hipertiroidismo, hipotiroidismo y cáncer de tiroides. La sal yodada es buena para prevenir enfermedades de tiroides mientras la ingesta sea de:

Bebés hasta los 6 meses de edad 110 mcg

Bebés de 7 a 12 meses de edad 130 mcg

Niños de 1 a 8 años de edad 90 mcg

Niños de 9 a 13 años de edad 120 mcg

Adolescentes de 14 a 18 años de edad 150 mcg

Adultos 150 mcg

Mujeres y adolescentes embarazadas 220 mcg

Mujeres y adolescentes en período de lactancia 290 mcg

Bibliografía

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